A finales de los años 90, una película de terror japonesa consiguió algo inaudito: triunfar en todo el mundo con unas reglas muy diferentes a las del cine occidental. Cuando se estrenó en las salas de todo el mundo, Ringu ya había cosechado un gran éxito en Japón, donde el género del terror estaba viviendo una época dorada. En Estados Unidos y Europa, mientras tanto, seguíamos tratando de asimilar esa nueva ola de slashers para adolescentes que habían llegado tras el éxito de Scream. Aquel subgénero del terror podía ser muy taquillero, pero su sencillez hacía que se volviera repetitivo enseguida. Por eso los amantes del verdadero terror siempre buscaban alternativas, y las que llegaban desde las lejanas tierras orientales fueron las predilectas durante el cambio de siglo. Ringu consiguió ganar el Festival de Sitges, el más importante dentro del género, y a partir de ahí provocó una nueva oleada de filmes llegados desde Asia, con un folklore muy llamativo y distinto al habitual.
Y es que el terror occidental siempre giraba en torno a fantasmas, demonios y seres que llevaban siglos en nuestras leyendas, y que empezaban a estar bastante vistos. Cuando la nueva ola de terror asiático asoló el mundo del cine, muchos descubrieron que había todo un universo de criaturas más allá de las típicas. De hecho, Asia es como otro mundo totalmente diferente al nuestro en cuanto a la representación de criaturas sobrenaturales. Los yurei, fantasmas japoneses, conviven con los yokais, que no son espectros, sino más bien seres sobrenaturales, demonios o criaturas que representan a los elementos. Japón fue el abanderado de todo este movimiento, pero otros países como Corea del Sur, China, Tailandia o incluso Indonesia e Irán no tardaron en sumarse a esa nueva moda. El terror asiático ya ha quedado otra vez relegado a género de nicho, pero como esto va por ciclos, no nos extrañaría en absoluto que en poco tiempo vuelvan a aparecer una serie de películas que reinventen de nuevo los conceptos terroríficos. Y es que la mitología fantasmal de esos países parece infinita, y prueba de ello la tenemos en la Sundel Bolong, un fantasma tradicional de Indonesia con una truculenta historia detrás.
Un mito muy enraizado en Indonesia
Indonesia es un país muy particular. Situado en el Sur de Asia, está conformado por cientos de islas, desde las más grandes como Java o Borneo hasta las más diminutas, con una población de 280 millones de habitantes. A pesar de que su extensión no es ni mucho menos amplia, es el cuarto país en población de todo el mundo, y uno de los que mayor densidad de pobladores tiene. Una nación curiosa que ha conseguido colocarse entre las 10 economías más grandes, al menos por su PIB, pero sigue con sus mitos y tradiciones de un pasado remoto, como pilares de su sociedad. El folklore de Indonesia sigue siendo rico a pesar de que la modernidad parece estar acabando poco a poco con esos cuentos de brujas como el de la Sundel Bolong, la prostituta fantasmal.
Su relación con las prostitutas
El nombre de este fantasma deviene de dos términos en indonesio, Sundel, que significa “prostituta”, y Bolong, que vendría a ser “espalda”. Una relación bastante extraña a priori entre dos términos que tienen poco que ver… hasta que conocemos la historia que hay detrás. El mito de la Sundel Bolong hace referencia a la forma fantasmal de una mujer que murió estando embarazada fuera del matrimonio. Es decir, la chica había cometido adulterio y llevando en su vientre el fruto de ese engaño, fallece. La leyenda cuenta que el niño acaba naciendo ya con su madre enterrada, y por eso no puede salir de la forma habitual, teniendo que hacer un agujero en su espalda para llegar al mundo. Es por ello que la apariencia de este fantasma se caracteriza por un imponente hueco en su parte trasera, desde el que se pueden ver sus entrañas y órganos internos.
La Sundel Bolong se aparece como una preciosa mujer de largos cabellos oscuros, que siempre se muestra elegante y sensual con los hombres. Si ellos caen en su tentación serán presa de sus deseos carnales, ya que busca engendrar a otra criatura para llenar literalmente el vacío que tiene dentro. Si el hombre la rechaza, la Sundel Bolong se puede vengar de él castrándolo. Según los estudiosos del folklore indonesio, esta leyenda toma su base en otros muchos fantasmas femeninos, en las historias de súcubos y vampiresas que se cuentan alrededor del mundo. También fue enfatizada para disuadir a los hombres de la prostitución que comenzaba a darse a finales del siglo XIX en las islas, pertenecientes en ese momento al reino de Holanda.
Casos de encuentros con Sundel Bolong
Como muchas otras leyendas, hay un punto importante de advertencia en el mito de la Sundel Bolong, estrechamente ligado a señalar la prostitución como un gran mal. En la historia, la mujer que se convierte en fantasma se queda embarazada fuera del matrimonio, lo que provoca también no solo su fallecimiento, sino su eterno vagar como espectro con la espalda agujereada. La conclusión es clara: no tengas aventuras fuera del matrimonio… ni te acerques a esas mujeres libidinosas que puedan ofrecerte un rato de placer por algo de dinero. La leyenda de la Sundel Bolong se utilizó especialmente para disuadir a los hombres jóvenes de encontrarse con prostitutas, ya que estas podían ser en realidad fantasmas.
Se han recolectado numerosos encuentros con supuestas Sundel Bolong en Indonesia, especialmente en Java, isla donde parece que surge este mito. La mayoría de los testigos son hombres que afirman haber sido seducidos por mujeres hermosas, que además traían una fragancia muy especial. Cuando estaban a punto de pasar a mayores, la mujer se desnudaba y mostraba la espalda a la víctima, que podía ver en ese momento el gran agujero que había en ella. Piel putrefacta, órganos internos visibles… La Sundel Bolong conseguía que el hombre se desmayase ante esa visión y era entonces cuando lo devoraba, quitándole sus órganos. Los testigos afirman haber podido escapar a duras penas ante la visión del agujero en la espalda del espectro. Este tipo de avistamientos eran mucho más comunes hace décadas.
Otras fantasmas terroríficas
Los fantasmas femeninos tienen algo en común que las hace especialmente terroríficas. Sea por su componente maternal, o por esa visión que ya tenemos arraigada en nuestra mente, uno teme mucho a estos espectros femeninos. Desde la Llorona en México hasta la banshee en Irlanda, pasando por la Kuchisake-onna de Japón. Todas ellas terroríficas, con historias cruentas a sus espaldas. Todas ellas habitualmente enfocadas en perseguir y hacer sufrir a los hombres, a los que culpan de sus desgracias. Muchas han protagonizado cintas de terror de gran éxito y hoy en día siguen siendo toda una referencia para los amantes de las historias de miedo. Y es que según la tradición asiática, las mujeres suelen transformarse más en fantasmas, al tener una forma de sentir mucho más intensa y profunda.